La Resonancia de la vida, las ondas Schumann



Estas ondas fueron observadas por primera vez por el genio de NiKola Tesla al formar parte de su sistema de transmisión de energía y comunicaciones inalámbricas, el cual merece ser reconocido como el primer descubridor de la mayoría de fenómenos electromagnéticos, hecho este que la historia por diversos intereses políticos ha intentado ocultar, llegado 1952 el profesor Schumann   en ese entonces,  estaba con  sus estudiantes universitarios, y un día les planteó el deber de calcular el potencial de dos cáscaras semiesféricas que tienen una determinada distancia entre si y que son ambas eléctricamente conductoras, al tiempo que se le ocurrió que valía como ejemplo la Tierra y la ionosfera, la llamada capa Heaviside, así que se pudieron a calcular la frecuencia, el resultado fue de aproximadamente 10 ciclos por segundo, esta resonancia es variable y más tarde se determinó que la medía estaba en torno 7,8 ciclos por segundo (Hercios), hasta aquí fue un descubrimiento más, que exista una resonancia entre la Tierra, el aire y su ionosfera, es un hecho, pero lo más relevante es que en estudios posteriores se descubrió que los mamíferos mantenían unas ondas cerebrales denominadas Alfa en la misma frecuencia que las ondas Schumann,  así pues el cerebro de los seres humanos estaba en la misma frecuencia que la Tierra y su Atmósfera, esta sintonía es fundamental para gozar de un buen estado de salud, para disfrutar de buenas sensaciones, pues esta frecuencia son como impulsos vitales que no permiten mantener un equilibrio y sincronizar a la vez nuestros ritmos biológicos con nuestro planeta. Se ha realizado diversos experimentos en el que a  ciertas personas se les ha privado de recibir esas ondas, bien dejándolas encerradas en lugares que se han blindado para que no puedan penetrar esas ondas,  y los efectos para la salud han sido realmente perjudiciales, lo mismo ocurre a los astronautas, el distanciamiento de la corteza terrestre les aleja de recibir dichas ondas con los que su salud se resiente, y para ello hoy día se crean dichas ondas de forma artificial.
Este espacio entre la corteza terrestre y la ionosfera tiene una resonancia cuyas ondas se han denominado Schumann en honor a su descubridor, y al parecer es algo con lo que los cerebros de los mamíferos está sincronizado, se puede decir que esta es una vibración propia del planeta a la que muchos seres vivos se han adaptado y desempeñan un papel importante en un estado biológico saludable.

Estas ondas conocidas también como transversales magnéticas son una referencia para nuestro cerebro, una especie de guía, así que hay gobiernos que a través de sus agencias, y organismo militares han estudiado y experimentado con dichas ondas con el fin de manipular la mente de la gente, bien como arma contra un enemigo externo o para influir en la propia sociedad, incluso hay a nivel privado grupos y corporaciones que estudian este fenómeno con fines inconfesables, pero al margen de la teoría de las conspiraciones, el hecho es que, éstas ondas cuando son interferidas o sufren importantes variaciones afectan a la salud de las personas, como cuando hay una tormenta magnética en la que dichas ondas son alteradas, por ello algunas personas ante las tormentas se sienten mal, con nerviosismo, ansiedad, dolores de cabeza, etcétera.
Dejando a un lado la posible manipulación de estas ondas por parte de gobiernos y corporaciones que quieran influir en determinados grupos de gente, existe un problema mayor, la variación por causas naturales de dichas ondas a escala planetaria y no por una o varias tormentas en ciertas zonas del planeta, pues sabemos que el campo electromagnético de la Tierra generado por su movimiento de rotación es muy sensible a la actividad solar, y en estos momentos el Sol está en un cambio de ciclo que se puede apreciar en sus manchas solares, aunque a  decir verdad, antes del cambio de ciclo,  desde el 2006 las ondas Schumann han ido aumentado su frecuencia alejándose de la media natural de 7,8 alcanzando en algunos momentos incluso 10 ciclos por segundo, ha aumentado demasiadas veces su frecuencia y eso tiene que pasar factura a muchos mamíferos, hay quien piensa que ballenas y delfines con sus grandes cerebros al igual que los seres humanos se ven muy afectados, y es probable que gran parte de la desorientación que sufren estos cetáceos que acaban encallados en las playas se deba en parte a ello. Otra duda que se plantean algunos es si toda la red comunicaciones, nuestra tecnología, industria y demás efectos del progreso no estará también afectando y modificando la resonancia del planeta, porque lo cierto es que eso es algo que está cambiando al igual que lo está haciendo nuestra atmósfera, puede que sea los cambios de la capa de ozono, el aumento de CO2 u otra alteración ocasionada por el progreso, lo cierto es que, el hipotálamo de las personas y animales emite esta frecuencia de 7,83 H, el desfase es notable y durante mucho tiempo, cada vez se aprecia que hay más gente con depresión y trastornos en los ritmos circadianos no sólo en la sociedades desarrolladas, que podría tener su explicación, sino también en otras que están más en contacto con la naturaleza.
Se cree que al igual que la Tierra tiene su propia resonancia , cada planeta tiene la suya propia, pero también la tiene el sistema solar, la galaxia y el universo.